Más allá del debate sobre la conveniencia de las tareas escolares o sobre la edad adecuada para realizar “deberes” en casa, está el hecho de que menores y adolescentes, a menudo, tienen que realizar trabajos, ejercicios… una vez finalizada la jornada escolar. En esa actividad, pueden usar Internet pero es muy importante que lo hagan correctamente. Por eso, en este artículo, se incluyen recomendaciones básicas sobre cómo podemos prestarles ayuda.
Encuentra los mejores resultados en Google
Google es, probablemente, el buscador que más utilizamos ya que su funcionamiento es muy sencillo: solo hace falta escribir lo que queremos y pulsar la tecla intro o la flecha. Pero, aparecen miles de resultados y tendremos que ayudar para que elijan la correcta o la más adecuada.
Resultará imposible revisarlas todas, ni siquiera las 20 primeras y nuestra ayuda empieza a complicarse. Para reducir los resultados:
-
Usa comillas y concreta la búsqueda: solo se mostrarán las páginas que tienen la frase exacta que hemos entrecomillado y con las palabras en el orden en que las hemos escrito. Por ejemplo, entre Historia de España o “Historia de España de siglo XX”, el número de páginas de la búsqueda es muy diferente.
-
Haz preguntas concretas, el resultado será sorprendente. Prueba a buscar Raíz Cuadrada y, después, “Cómo hacer una raíz cuadrada”, incluso “Cuál es la raíz cuadrada de 2315”.
-
Utilizar el signo + para forzar a que una palabra esté en la búsqueda o el signo – para evitar que salgan algunos resultados. Usando el propio ejemplo de Google sobre “Acotar las búsquedas web” (https://support.google.com/websearch/answer/2466433?hl=es), busca velocidad jaguar –coche para obtener páginas relacionadas con la velocidad del animal y no con la marca de coches.
Usa fuentes fiables
Aún utilizando los consejos anteriores, la lista de resultados será enorme. Evidentemente, no podemos elegir los primeros solo porque sean los que están más arriba. Cómo ordena Google puede no ajustarse a las necesidades que tienen nuestros hijos o a sus conocimientos y capacidades.
Debemos, por tanto, acudir a páginas que nos inspiren confianza y que puedan considerarse fuentes fiables. Tenemos diferentes opciones:
-
Fijarnos en las direcciones: no inspira la misma confianza algo que incluye www.mecd.es (del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte), que www.miblog.wordpress.com ¿verdad?
-
Atender a la terminación de la dirección: .edu son instituciones educativas; .org usados generalmente por organizaciones con fines sociales; .es son de España…
-
Incluir site: y dirección de Internet para buscar en una página concreta. Por ejemplo, el clima español site:https://procomun.educalab.es.
-
Acudir directamente a la página de confianza. Por ejemplo, la web oficial procomún (Red de Recursos Educativos https://procomun.educalab.es). Allí, desde el apartado “Recursos Educativos” seleccionaremos el nivel –contexto educativo– y la materia –área de conocimiento– o, incluso, el tipo de recurso –fotografías, ejercicios…– que más se ajuste a nuestras necesidades.
¿Y la Wikipedia?
Una duda habitual es saber si podemos fiarnos del contenido de la Wikipedia (http://es.wikipedia.org). La respuesta dependerá de cada artículo (o entrada) pero debemos considerar que:
-
Cualquiera puede escribir en ella y hay muchas personas expertas en diferentes temas que lo hacen. Podemos comprobar cómo se edita una página desde su zona de pruebas https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Zona_de_pruebas/9.
-
Puede tener información poco exacta, pero también las enciclopedias en papel o cualquier otro libro. Además, en ella colaboran muchas personas que prestan atención a los cambios y las nuevas entradas para asegurar que el contenido es confiable. Cuando no las tiene aparece un aviso al principio de la página indicándolo.
-
Por último, en Wikipedia se busca un punto de vista neutral y requiere que se citen fuentes verificables, es decir, que se incluyan referencias a la fuente original para poder contrastar la información.
Para finalizar, un consejo más: si Wikipedia pide que las fuentes se citen y se verifiquen, deberemos ayudar a nuestras hijas e hijos a hacerlo también en sus trabajos escolares. Ayudarles a contrastar la información (visitando varias páginas fiables o yendo a la biblioteca, por ejemplo) y enseñarles a citar, a indicar de dónde sale la información que han escrito, son buenas prácticas que les ayudarán a mejorar sus tareas escolares.