De cada diez matrimonios que se producen en España, siete acaban en ruptura.
En el pasado no se concedía demasiada importancia a las separaciones familiares porque se creía que no repercutían en la educación de los hijos y las peleas en los procesos de divorcio se consideraban como algo habitual en la ruptura de pareja. Sin embargo, hoy en día, resulta más grave la influencia de los problemas familiares en la educación de los hijos por la falta de dedicación y atención a los mismos.
La separación de una pareja no siempre es conflictiva, pero desde hace años los posibles efectos adversos en los menores han sido objeto de estudio e investigación en el proceso. Los padres cumplen un papel esencial en el aspecto socio-emocional de la vida de los menores, por ello, deben de entender que la separación es entre ellos y no deben involucrar a los hijos en los problemas conyugales.
La clave para que los hijos comprendan que está sucediendo se resume en mucho dialogo y en la explicación la situación con palabras sencillas y de manera clara, con la finalidad de intentar evitar culpas y sensación de abandono.
QUÉ HACER
Se recomienda a los padres emplear un estilo de crianza el cual permita que los niños tengan mejores relaciones sociales y desarrollen correctamente su afectividad.
En el proceso de separación se debe mantener al margen a los menores, para no causarles daños emocionales que podrían repercutir en diversos ámbitos de su vida. Es decir, la base para afrontar el cambió es el amor y la comprensión.
Demostrar actitudes positivas frente a los hijos, para facilitar la integración a cualquier círculo social y poder expresar sus sentimientos de manera libre. Esto les permitirá ser más tolerantes y tener mayor capacidad de aportar ideas en diferentes grupos sociales.
Procurar mantener a sus hijos en el mismo centro educativo y continuar viviendo en la misma casa. Es decir, no someterlos a muchos cambios en su rutina diaria.
Es muy importante utilizar los mismos métodos de disciplina, con los mismos límites y que sean apropiados a su edad.
No discutir delante de ellos.
Los hijos no son mensajeros en la comunicación de los padres.
Los hijos no son espías para extraer y saber cosas sobre la vida de su excónyuge.
No hablar negativamente del padre o la madre delante de sus hijos/as.
Permitir que los abuelos se relacionen con sus nietos/as, pero dejar claro que la máxima autoridad son los padres.
Desculpabilizar a los hijos/as de la separación o el divorcio, explicar que la relación de pareja no funcionó y que ellos/as no son culpables.
Ante cualquier manifestación de inestabilidad del menor se debe dialogar con el y ayudarle a aceptar la separación.
En situaciones problemáticas que escapan a nuestro control, los padres deben buscar ayuda profesional en Psicólogos, Asistentes Sociales o Psiquiatras.
Lo que necesita su hijo es que esté a su lado, que le dedique tiempo, que se implique en su vida y sus intereses, que sea respetuoso con él/ella y con su expareja, que siga trabajando a su lado sus responsabilidades y que sepa que siempre va a poder contar con su ayuda.
María Martínez Hernández
Departamento de Orientación Escolar de Colegio San Cristóbal.
BIBLIOGRAFÍA: Barrionuevo Oliveros, M. M. (2021). Las familias separadas y el desarrollo Socioafectivo del Niño.
Naresh Motwani, Y. (2019). Las repercusiones del divorcio en los niños en la etapa infantil (3-6 años).
Pautas de orientación para padres divorciados: ¿Cómo Ayudamos a nuestro hijo?
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