¿Qué tipos de apego existen y cuál es el ideal para tener con nuestros hijos?

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Por María Martínez, psicóloga del departamento de orientación de los Centros Educativos San Cristóbal.


La Teoría del Apego, desarrollada por el psiquiatra británico John Bowlby en la década de 1960, explica el vínculo emocional profundo que se establece entre dos personas. Este lazo se caracteriza por la búsqueda de cercanía, la protección y la sensación de seguridad al estar en presencia de la figura de apego. Dicho vínculo impacta significativamente en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños.

Tipos de apego

1. Apego seguro

El apego seguro se considera el modelo ideal. En este tipo de vínculo, el niño o la niña se siente protegido y confiado: sabe que puede contar con sus cuidadores cuando los necesita y recibe amor y cuidado de manera consistente. Este tipo de apego fomenta la independencia, la autoestima y la capacidad de establecer relaciones saludables en el futuro. Además, los niños con apego seguro exploran su entorno con confianza, al contar con una base estable a la que pueden regresar.

2. Apego ansioso-ambivalente

Este tipo de apego aparece cuando el niño o la niña no tiene la certeza de que puede contar con sus cuidadores. A veces recibe atención y cuidado, pero en otras ocasiones se topa con indiferencia o rechazo. Esta inconsistencia provoca ansiedad y una necesidad constante de buscar aprobación. Los niños con apego ansioso-ambivalente pueden mostrar comportamientos dependientes y temer el abandono, lo que puede repercutir en sus futuras relaciones.

3. Apego evitativo

En el apego evitativo, el menor aprende que no siempre obtendrá cariño o atención cuando lo necesita. Por ello, prefiere evitar mostrar sus emociones o pedir ayuda, temiendo ser rechazado o ignorado. Esta situación puede llevar a que el niño desarrolle una apariencia de independencia extrema, pero en realidad tenga dificultades para manejar sus emociones y formar conexiones profundas con los demás.

4. Apego desorganizado

Se da cuando el niño o la niña recibe un trato muy inconsistente o caótico, a menudo relacionado con negligencia o maltrato. Este tipo de apego es el más complejo, pues el menor no sabe qué esperar de sus cuidadores. Puede sentirse asustado y confundido, dificultando el desarrollo de confianza y regulación emocional. Con el tiempo, esto podría derivar en problemas de comportamiento y dificultades en sus relaciones personales.

¿Cuál es el mejor tipo de apego?

Sin duda, el apego seguro es el tipo de vínculo ideal para establecer con vuestros hijos. Les aporta una base sólida de seguridad y confianza, refuerza su autoestima, promueve su autonomía progresiva y les ayuda a cultivar relaciones saludables en el futuro. Además, los niños con apego seguro suelen tener una mayor capacidad para afrontar el estrés y adaptarse a los desafíos de la vida.

No obstante, desarrollar un apego seguro no implica ser un padre o madre perfecto. Se trata, más bien, de estar presente de forma constante, sensible y cariñosa, y de responder adecuadamente a las necesidades de los hijos. También implica ayudarles a entender sus emociones y brindarles un entorno estable y predecible.

Claves para fomentar un apego seguro

A continuación, se presentan algunas estrategias que pueden ayudar a construir y fortalecer un apego seguro con tus hijos:

  • Responde a sus necesidades
    Atiende de manera constante cuando tu hijo tenga hambre, esté cansado o necesite consuelo. Esto no significa ceder a cada capricho, sino ser sensible a sus necesidades tanto básicas como emocionales. Responder oportunamente le enseña al niño a confiar en ti y en el mundo que le rodea.

  • Muestra afecto físico
    Los abrazos, las caricias y el contacto visual son esenciales para generar un sentido de seguridad. Estos gestos comunican amor y aceptación incondicional, además de reforzar el vínculo entre padres e hijos, promoviendo su bienestar emocional.

  • Escucha y valida sus emociones
    Ayuda a tus hijos a nombrar sus sentimientos y hazles entender que es normal experimentar emociones tanto positivas como negativas. Por ejemplo, si llora, dile: “Entiendo que te sientas triste. Estoy aquí para ayudarte”. Esta actitud les enseña a reconocer y gestionar sus emociones de forma saludable.

  • Sé consistente y predecible
    Los niños se sienten más seguros cuando sus cuidadores son confiables. Mantén las rutinas y cumple las promesas que les hagas. Esto les proporciona estabilidad y les ayuda a forjar confianza en sus relaciones.

  • Permítele explorar
    Da la libertad de explorar su entorno, asegurándole que estás cerca para apoyarlo si lo necesita. No se trata de sobreprotegerlo, sino de acompañarlo mientras desarrolla su curiosidad y autonomía.

  • Sé paciente y disponible
    La presencia emocional es tan importante como la física. Dedica tiempo de calidad a jugar, conversar y conectar con tus hijos sin distracciones. Esto fortalece el vínculo afectivo y les hace sentir que son una prioridad en tu vida.

  • Evita reacciones excesivamente duras
    Evita los castigos severos, las críticas constantes o las reacciones impredecibles. En su lugar, opta por un enfoque tranquilo y de apoyo ante los errores. Así, tus hijos sabrán que pueden confiar en ti incluso cuando se equivoquen.

  • Promueve el diálogo abierto
    Crea un ambiente donde tus hijos se sientan cómodos para compartir sus pensamientos y sentimientos sin temor. Practica la escucha activa y responde con empatía para afianzar la comunicación.

Reflexión final

El apego seguro es un regalo que puedes ofrecer a tus hijos. Este vínculo no solo les brinda confianza y seguridad en el presente, sino que también les permite enfrentar los retos futuros con resiliencia. Recuerda que no se trata de la perfección, sino de ser un padre o madre presente, cariñoso y empático ante las necesidades de tus hijos.

Construir un apego seguro requiere tiempo y esfuerzo, pero los beneficios para su desarrollo emocional, social y psicológico hacen que valga la pena cada paso del proceso. Al fomentar un entorno de amor y estabilidad, estarás sentando las bases para un futuro lleno de relaciones sanas y una autoestima fuerte.

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